En
diciembre de 2013 se inauguraron las residencias en el festival de
arte sonoro Tsonami. Al interior del equipo se decidió que era
pertinente invitar a dos artistas y un filósofo para conceptualizar
y diagramar un enfoque curatorial para la convocatoria. La idea era
que también los artistas invitados (y no solamente los seleccionados
en la curatoría) pudieran trabajar en torno a lo que se decidiera en
las reuniones del equipo y los colaboradores curatoriales. Invitamos
a Carlos Silva, Pablo Saavedra y Jorge Budrovich, con los cuales
dialogamos en torno al sonido, la escucha, los paisajes, el
territorio y la atención problemática en la concentración de estos
temas para un receptor cada vez menos pasivo, más inquieto y curioso
con estas percepciones e investigaciones.
En
septiembre se trabajó en la selección de 5 proyectos de los 49 que
llegaron. El título de la residencia fue “Lugar, escucha y
registro”, considerando la ciudad de Valparaíso como eje central
de paisaje, contenido e intervención.
El equipo Pia Michelle aceptó trabajar con Tsonami con una estrategia de diagramación y vinculación permanente con los residentes; un nodo de comunicación directa con el equipo duro; una forma de derivar estrategias y formas de recepción residencial experimental en la ciudad (y en chile).
A fines
de noviembre, una vez llegado todos los seleccionados residentes,
tuvimos un encuentro cena, donde cada artista y colectivo expuso, en
un ambiente distendido, su proyecto de estadía. La estructura
general quedo localizada en 5 ejes no preparados conscientemente en
la selección (que corresponden a los 5 proyectos seleccionados): 1.
puerto, 2. topografía, 3. desplazamiento, 4. lenguaje y 5.
escatología.
1.
Puerto: Merche Blasco (españa) se encuentra realizando una
investigación de conjunto de las ciudades puerto del mundo, sus
cualidades comunicativas coincidentes, el entramado sonoro que las
hace relacionales, su frecuencia sub acuática, o sea el paisaje
sonoro submarino de las distintos puertos. En Valparaíso, como todos
los residentes, investigó, entre el ensayo y error, recopilando
información sonora del trabajo de transmisión Puerto. Su
“resultado” procesual de estas investigaciones (no es solo en
Tsonami, sino una parte del ejercicio de proceso) es un algo que
esperamos ver lo más pronto posible como diagrama integral y también
diferenciado en sus connotaciones culturales de acuerdo a los
territorios puertos específicos.
2.
Topografía: Felipe Gutiérrez (chile), a través de la formación de
un mapa “espontáneo” recorre la accidentada superficie de las
calles y cerros de Valparaíso, generando un registro sonoro del
accidente de los suelos. Este proceso, más que un alcance
literalmente topográfico, podría elongarse a la ficción de una
micro geodesia. La maquina que construye para transducir sonidos, de
acuerdo a la variación de relieves, invita a ese tacto “invisible”,
el cual es sonido y ruido para un transeúnte no sensible de los
relieves del cotidiano ciudad. Gutiérrez lo compara, lúdicamente,
como el artefacto utilitario de un no vidente; el sonido de su
bastón, pero un bastón con ruedas. Un no vidente que usara un
bastón con ruedas seguramente captaría muchas más variaciones y
“texturas” sonoras que la máquina en su uso, para la mayoría de
nosotros videntes. Lo importante es el ejercicio de demostración
territorial de una irregular ciudad en pleno proceso de construcción
y destrucción de sus propias bases; un ejercicio denotado desde la
base sonora de un micro laboratorio que se conjuga con el mapa total
de los residentes 2013.
3.
Desplazamiento: el caso de Andrea Rioseco y Taller Dínamo (chile) es
una suma, quizá, no necesaria para un tiempo acotado de breve
residencia. Es importante acotar procedimientos y ejercicios de
acuerdo a sistemas delimitados de planes metodológicos. Considero
que el trabajo de ellos excedía un marco acotado, pues, fácilmente
se podrían hacer 3 o 4 trabajos “distintos” del mismo proceso,
es decir, trabajos que se enmarquen dentro de una lectura común de
investigación y “desarrollo”, pero acotados en temporalidades y
contextualidades extendidas y emplazadas en el tiempo. En este texto
descriptivo me remitiré a una de las lecturas de interés: el
desplazamiento. Si bien no existe una tradición o historia efectuada
en lo que concierne a migraciones y traslados de poblaciones desde
Argentina a Chile y viceversa (existen datos estadísticos de
reciprocidad migratoria entre ambos países, siendo la movilidad
argentina hacia chile la mayor de latinoamérica, pero esto no
conjuga una historia o tradición “formal” en términos
consecuenciales), Rioseco y Dínamo efectúan (en una de las tantas
lecturas del trabajo) una fracción ficticia del viaje realizado de
los loros Myiopsitta
monachus al sector chileno,
específicamente Playa Ancha de Valparaíso. Esto es un
desplazamiento sonoro, una interacción de la procedencia y el lugar
de residencia. La vinculación se efectúa desde dos lugares de
investigación y entrevistas: hospital psiquiátrico de Buenos Aires
Borda hacia El Salvador de Valparaíso, lugares donde se encuentran
este tipo de aves; una extraña migración de la cual no existen
(aún) antecedentes de su viaje o traslado. Las múltiples
vinculaciones que se realiza en este proyecto de residencia, el cual
es una investigación que excede la residencia misma (como casi todos
los proyectos) nos invita a una specific listening migratoria,
es decir, dos nodos que exceden el territorio mismo del festival en
su territorialidad y temporalidad. El proyecto vincula dos puntos que
existen como paisajes sonoros específicos vinculados por su relación
de ascendencia y descendencia particular y específica.
4. Lenguaje: como todos los proyectos de residencia seleccionados
Marte Roel (méxico) trabaja con el paisaje sonoro, pero en su
particularidad investiga, en teoría y terreno, la sonoridad
paisajística del lenguaje, del sonido del habla cultural específica.
Su proyecto, quiéralo o no, se extiende a las particularidades del
sonido específico de la multiplicidad sonora del habla mundial. Para
el caso se concentró en Valparaíso chile. Marte no pretende abarcar
una investigación prosódica, sin embargo esto es casi inevitable,
científicamente o intuitivamente. En el libro La Afinación del
Mundo, Schafer, desde la perspectiva musical, nos invita a esa
escucha del mundo (en su caso particular desde una búsqueda
ecológica), a entrar en los paisajes sonoros como composiciones
dadas. Marte Roel investigaría a partir de ese principio las
particularidades compositivas de la sonoridad del habla cultural; los
sonidos significantes, no significados. Como en todos los casos: una
investigación en curso.
5.
Escatología: Magdalena
Chiffelle
(chile) realiza un ejercicio sencillo en estructura. Si la topografía
como sistema geométrico nos enseña los accidentes físicos, la
topoacústica
nos presentaría los sonidos en los distintos accidentes específicos
o determinados desde la perspectiva sonora (aquí podría, también,
integrarse Felipe Gutiérrez). En el caso específico de Chiffelle
nos da el ensayo de esa posible topoacústica
de lo subterráneo de una ciudad (Valparaíso), los alcantarillados
como flujo subterráneo de la institución del depósito
escatológico; su “desaparición”, su “invisibilidad”
generalizada de la cultura pseudo aséptica (lo menciono como pseudo
debido a las condiciones de Valparaíso como ciudad alejada de una
limpieza , y lo aséptico es la esperanza tardo moderna).
Los "5" artistas, vinculados a los 5 conceptos, forman un entramado ciudad móvil, con su necesaria temporalidad sonora; un primer ejercicio de residencia blanda vinculado a las artes sonoras en chile. http://lugarescucha.blogspot.com/