(Texto de verano recuperado de Linux)
Existe un creciente aumento de viajantes a Valparaíso por temporadas: estudiantes, extranjeros, etc. Este aumento podría traducirse, en cierto aspecto, en un intercambio gradual en las relaciones hacia una posible multiplicidad de construcciones simbólicas en cultura. Sin embargo esto no ocurre debido a la cualidad del visitante y a la poca exigencia del local. La venta de “producto turístico valparaíso” se ha estado llevando a la “postal permanente”. La ciudad se desespera por los aumentos en lo económico. Se comercializa una liviandad de “concepto fachada” que trae como consecuencia, en medianos plazos, una paupérrima contribución relacional, donde contribuye un promedio de visitantes masivos de bajísimo aporte artístico cultural. El turismo que se fomenta es del tipo “depredador”.
El Consejo Nacional de la Cultura, la Universidad de Playa Ancha, universidad Arcis, Sebastiana, y algunos otros más, conocen un tanto los beneficios de las estrategias del cruce cultural y la discusión critica del conocimiento. Universidad de Playa Ancha y la Sebastiana se dan cuenta, en un grado muy bajo, de esas importancias estratégicas y descansan en uno que otro gestor para el intercambio, no programado ni planificado, de ciertas visitas e instancias de encuentros anecdóticos que hacen parecer para algunos que se están “haciendo las cosas”. El Consejo Nacional de la Cultura y la Universidad Arcis son más concientes y metódicos en sus estrategias (que son, obviamente, para los intereses políticos a los que corresponden y a la empresa particular que responden). Sin embargo, ni uno ni la otra, establecen parámetros mínimos de cruce relacional que se arraiguen en el encuentro entre “viajante y local”. Más bien se programa la venida de invitados como una especie de visitante anecdótico, y en el mejor de los casos como “estrella de rock and roll” intelectual o artístico. No existe una interiorización medianamente consistente. El refuerzo del patrimonio que se intenta se parece mucho, por el momento, a la fachada turística que se visita y se fotografía para la conservación de una ilusión “no muerte” y para la determinación del discurso del paseante “didáctico”.
Ahora, de apoco, se esta instaurando (la mayoría iniciado por gestores independientes) el estudio y laboratorio más profundo de los contextos y conceptos arquitectónicos en la ciudad. Es un inicio necesario.
El rescate y fortalecimiento del supuesto patrimonio es, hace rato del darse cuenta, una cuestión que pasa por la relación “real” de nosotros con los otros: de la otredad como conformación de nosotros mismos. Sin embargo cual patrimonio, si el término conlleva un vicio político de aplicación constante. El visitante anecdótico no alcanza a relacionarse con esta instancia, a menos que se busque las características socio culturales (por ejemplo) que corresponden al “lugar”. Un ejemplo muy simple de las condiciones de “lugar” es sobre la vida muy rica de esta ciudad, que se pierde aceleradamente (y que solo está quedando en generaciones viejas) en ciertos cerros patrimoniales, es esa mezcla , que se separa solo por minutos de andar a pié, entre metrópolis y costumbres muy provincianas. Valparaíso convive con estas dos relaciones imbricadas, dos situaciones de las que se avergüenzan algunos tratando de acercarse o parecerse a ciertos centros paradigmales que acarrean de la educación transcultural arcaica. Bueno, de todas formas casi todo chile tiene esa relación entre ciudad y provincianismo, la diferencia con valpo es que la mayoría vive las dos instancias como una sola, entonces se hace un provinciano con costumbres ciudadanas, con costumbres internacionales dados los casos… Santiago es un buen ejemplo de esto dentro de su velo. La diferencia es que en valpo se dicotomiza, es decir, la vida cultural lleva una dialectización negativa muy interesante que no hemos estudiado ni aprovechado, en el buen sentido, aún.
Existen, sin embargo, un posible comienzo de excepciones que, quizás, podrían acercarnos, poco a poco, a una relacionalidad, nacional e internacional, más integrada. Un ejemplo es el centro Crac de residencias para artistas. No puedo saber la perseverancia y el resultado de este centro, solo desear y colaborar a que las políticas de mediano y largo plazo contribuyan a un intercambio de estudio y aplicaciones efectivas. Esperemos a ver que pasa con las incidencias de esto. También hay que ver de que manera estas instancias nos muestran, en algún plazo, balances relacionales que no solo queden en la anécdota de un posible invitado interesante que solo viaje a conversar de su trabajo y luego se regresa a su casa. En este punto recuerdo un buen ejemplo de la Trienal de Arte de santiago. En esta se realizarán residencias de artistas en las cuales se aplicarán acciones politizables de interacción directa y “real” con los entornos sociales no necesariamente dependientes de las lecturas del arte. Esperemos a ver que sucede con esta experiencia que se desarrollará creo que en julio o agosto, no recuerdo.
Espacio G es otro principio de intento cercano de residencias, pero tampoco se puede hablar por el momento, pues aún es una intención de “buena idea”, pero no aún una práctica de proyecto instaurado con respecto a un “resultado expuesto” sobre residencias, o sea, aún no se ve un resultado de “efecto” de esto en la ciudad, o en el barrio, o en el sistema mínimo del arte. Espero estén tomando en serio esto y politizando como ellos saben, intuitivamente al estilo "artista" carente. En este momento seré un observador de lo que ocurra, pues ya no trabajo en ese espacio, me retiré por razones personales. Bueno, esperemos se sustente y no se “pierda”.
Un ejemplo alternativo al texto, en el sentido relacional, son las posibilidades comunicativas que tenemos hoy a través de la tecnología. Estas nos permiten crear redes a través de todo el planeta, considerando esto como posibilidad sustentable en los territorios cercanos de “desarrollo”. Las posibilidades prospectivas son inmensas y los desplazamientos contemporáneos de ahorro espacial (considerando los costos para la mayoría de la gente del mundo, la velocidad del “encuentro”, la distorsión comunicativo conceptual de esta virtualidad emergente, etc.) se están por ver. La capitalización organizada se dio cuenta de esto hace bastante rato, y ya la aplica en muchos sectores… a la carga, aprendamos a escribir a y leer nuevamente en nuestras relaciones con estos soportes.
Termino el texto mencionando(me) sobre lo importante que es la eliminación egocéntrica de las actividades que no se coinciden con uno mismo. O sea, en chile hay que empezar a trabajar en las relaciones de intercambio y redes significativas no solo con las instancias que se “lleven bien”, con los propios micro grupos de amigos, con los mecanismos de interés sectoriales, o los síntomas endogámicos como habla Mellado, sino también, y muy importante, con las instancias que sean divergentes a nosotros, pero que tengan, por ejemplo, un principio político en común. Acá, si se han dado cuenta, ya no hablo del intercambio relacional físico del ejemplo de la ciudad de Valparaíso sino de la alternativa que aún puede ser encubierta en su soporte (virtual), pero visible en su práctica como es lo relacional que se genera desde el “sistema” en que te encuentras leyendo este texto.
Recuerdo cuando trabajaba en Espacio G y se formó ASSCo. Fui un día a conversar con un pequeño centro cultural de trabajo de bases en el sector de los Lecheros para invitarlos a hablar de su experiencia y debatir lo más a fondo posible. La respuesta de parte de ellos fue negativa, pues me mencionaban que existían grupos invitados con los que no querían compartir mesa (no fueron los únicos que rechazaron la invitación por el mismo motivo). Todos los grupos de valparaíso y santiago de ese encuentro tenían una misma mirada dentro del contexto: alternativas simbólicas y prácticas fuera del capitalismo. Sin embargo para muchos de ellos era más importantes sus propias micro auto imagen pública, o de raíz, no acercarse a metodologías diferentes de las que tienen seguras y solidificadas por años y que les han dado pequeños logros.
La interacción de redes participativas de escala múltiple es más que necesario, sino nos comen vivos, a todos…incluso a los que ilusoriamente se nutren de ese alimento.